viernes, 20 de agosto de 2010

¡No estoy muerto!

Aunque lo parezca a los ojos de los que sólo me leen por aquí, sigo deambulando como puedo por esta tierra. Bueno, por esta y por alguna otra, hay que viajar cuanto se pueda.

He de decir que no he dejado de escribir, pero últimamente no lo publico al escribir para tan sólo una persona, especial, eso sí, supongo que me estoy volviendo egoísta. Aún así, aquí tenéis un pequeño fragmento de un sueño en forma de epístola:

"Oh, amada mía, tú con tu fulgor eres capaz de ensombrecer a cualquier astro del basto cielo. Cuéntale a tu sombra de mi parte lo afortunada que es por estar siempre a tu lado, pues brillas aún sin quererlo, de día o de noche, y esa figura se abruma sólo de contemplarte... Y así me sucede a mi cuando tengo la fortuna de respirar el aire que tu embriagas, pues sólo soy un pobre soñador que te ansia de todas las formas imaginables por el hombre. Por ello inventaré una nueva, te soñaré tanto durmiendo como en vigilia, y así podré saborear cada uno de tus encantos, sintiendo cada vez más y más intenso tu sabor al acercarse el día en que por fin me recibas entre tus brazos, amor, acepto la propuesta que me haces, y tan sólo espero que la eternidad no se me haga demasiado corta a tu lado.."




"Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto." W. Shakespeare