lunes, 31 de agosto de 2009

¿Volverá a sonar?

Un hilo musical continúa sonando en la vieja gramola.. El disco que tantas veces había ya escuchado seguía dando vueltas sobre la fina aguja de metal.. Pero esa gramola estaba ya solo en el recuerdo.


Miró hacia atrás.. creyó recordar los momentos en los que había escuchado esa misma melodía.. tiempos pasados ya vividos, ya gastados y muy queridos... cerró los ojos y comenzó a rememorar. Aquella tarde de frío viento otoñal que mecía las hojas de los árboles, la luz de la luna que asomaba entre las copas de los árboles y que iluminaba de una manera especial sus mejillas, aquel banco que se convirtió en el altar de un sueño que estaba aun por comenzar.. esa fue la primera vez que escuchó aquella melodía que sonaba al ritmo de los latidos de un corazón hastiado que comenzaba a hacerse fuerte.. Sí, no tenía duda alguna acerca de ello, siempre le habían asaltado miles de preguntas con todo lo que hacía, su fragilidad le obligaba a ello, pero de aquello estaba más seguro que de nada antes en toda su vida, era algo que le acompañaría para el resto de su vidas, o al menos eso él creía.


Pero el tiempo puso a cada uno en su lugar, o eso es lo que dicen.. todos esos momentos se esfumaron entre tinieblas y ya todo queda atrás, muy atrás.. sentimientos durante largo tiempo venerados y ahora él solo conseguía esgrimir una lágrima por todo lo vivido, sólo una.. pero sincera.


Había vivido, sí, pero no fue suficiente, ansiaba vivir más. Solo había tenido una ínfima parte de todo lo que podía ser, y por ello sufría y luchaba contra todo lo que el destino quisiese ponerle delante para hacerle frente. Quizás una mano negra trataba de desvirtuar su rumbo, quizás el fuerte oleaje trataba de tumbar su navío, quizás el ardiente sol del desierto ansiaba por hacerle perderse entre las dunas, él no lo sabía... nadie lo sabía.. solo quería volver a escuchar aquella melodía.


Se resistía a morir en vida, sólo quería luchar y volver a oirla.. la única que le conseguía hacer, al mismo tiempo, sonreir y llorar.. soñar despierto y vivir en un sueño.. ¿Habrá más melodías? Seguro, creía él, pero ninguna será la misma.



"No sé si mi mano podrá expresar lo que mi corazón siente". (Romeo y Julieta)

sábado, 29 de agosto de 2009

Insignificantes

Algunas noches miro al cielo tratando de bucear entre la inmesidad del universo y me pongo a pensar.. intento perderme entre las estrellas, les pido deseos, les digo que me lleven con ellas.. pero están lejos y no me escuchan.


O tal vez me escuchan, pero no les importa.

- Estrella, óyeme
- ...
- Estrella, mírame
- ...
- Estrella, háblame
- ...


Y solo los años hablan. Transforman todo a tu alrededor, no tienen piedad por nada ni por nadie. Algunas cosas cambian a mejor, otras a peor. Hay momentos en que queremos que todo se pase, que todo cambie, quieres escapar y que sea fugaz, y otros en los que darías todo por congelar el tiempo en ese preciso instante y que nada cambiase jamás.. estatuas de sal.. Pero no está en nuestras manos, hay tan pocas cosas que lo estén.. todo cambia, menos ellas, las estrellas siguen ahí, ignorándonos pero observándonos, inertes, pero desprendiendo una luz fulgurante. Y es que para ellas nuestras vidas son tan efímeras como el más leve suspiro.


Nos creemos importantes viendo puntos en el cielo, mientras que para ellas, para ellas somos puntos en la tierra.


No importa, aún así necesito creer, necesito poder pensar que las estrellas escucharán, que me mirarán y me susurrarán aquello que quiero oir, cuán egoista soy.. pero cuanto las necesito.



"Somos el resultado de la suma de todos los momentos de nuestra vida." (Antes del atardecer)

viernes, 28 de agosto de 2009

Elegía no poética al mar

Rompe de súbito el silencio y me saluda, me da los buenos días. Implacable como tantas cosas en la vida. Un compañero que no me falla nunca y que sabe estar ahí cuando ha de estar. Su vaivén me recuerda que él existía desde mucho antes de que yo supiera de su presencia y que estará ahí hasta mucho despúes de que yo parta.


Esa fuerza tan poderosa lidia en una pugna contra el tiempo. Yo quiero parecerme al mar. Quiero poder reflejar más colores de los que se pudieran tan siquiera imaginar en un amanecer, quiero permanecer inmutable a lo largo de las épocas, quiero estar en todas partes, viajar.. Quiero ser testigo de los amantes que prometen su amor eterno ante él, quiero ser la fuerza que inspira a unos hombres que luchan por sobrevivir, quiero poder no titubear a la hora de chocar contra las rocas, quiero ser la fuente de toda vida en el reino animal, quiero ser mar.


Y sin embargo, no soy mar, soy yo. Una persona que piensa, que duda, que teme.. pero también una persona que vive, que imagina, que lucha y que sueña.. A veces, tan solo a veces, quiero ser mar.. pero a veces, tan solo a veces, prefiero no serlo.


Está solo.


Pese a reflejar todos los colores no puede pintarlos, pese a observar todas las épocas, no interviene en ellas, pese a estar en todas partes, no disfruta de ninguna, pese a contemplar el amor, no es partícipe de él, pese a inspirar a los que luchan por sí mismos, no es él el que pone todo su empeño en conseguir algo y disfruta de las mieles del éxito logrado tras el esfuerzo. Pese a ser la fuente de vida, no tiene vida, pese a luchar contra las impávidas rocas, acaba muriendo en ellas..


Así que proseguiré mi camino, continuaré sereno y perenne como el mar, envidiándolo, temiéndolo, adorándalo.. y a la vez, compadeciéndolo, por su cruel sino. A veces quiero ser mar y sin embargo no quiero abandonar, a veces, tan solo a veces, lo que yo no he escogido, que es ser fiel a mi destino.



“Nunca sabes lo que puede traerte la marea.” (Náufrago)

jueves, 27 de agosto de 2009

Los jueves tocan macarrones

Arriba y abajo, el balancín sigue su trayecto, aislado del mundo. Un mundo que nunca se detiene. Ambos, el balancín y el mundo, tienen lo mismo en común, pero no lo saben, se ignoran el uno al otro. Y a un lado del balancín encuentro mi fragilidad, al otro, mi entereza. Y arriba y abajo.


A veces en la vida de las personas se cruzan situaciones, momentos y otros seres de igual envergadura emocional, que te hacen pensar. No tengo claro donde me encuentro, en qué punto del camino, no sé por qué apostar y por qué darme por vencido. No sé si frenar y dar el alto, no sé si echar a correr, no sé si apearme y olvidarme de lo que una vez creí ver. O dejar atrás esas ideas y luchar. Hace un tiempo pensé que esas ideas no me rondarían más, pero nuevamente.. me equivoqué.


... meditación ... gritos ... histeria (no colectiva) ...


Quizás me equivoqué en las maneras, quizás no supe detenerme a tiempo. Se abren nuevos caminos de los que uno no se atreve a cruzar el umbral ¿será ese el camino que he de tomar? Mi cabeza trata inevitablemente de darle respuesta a la pregunta eterna. Solo unos serenos ojos podían sacarme de la duda, pero seguramente fue un espejismo.


Pensamientos arriba y abajo.. y abajo y arriba, y arriba y abajo.. y vuelta a empezar.. nunca llego al final, a la conclusión. Y más preguntas me surgen, ¿he de confiar en llegar al final? ¿Debería tratar de disfrutar del camino sin pensar en que habrá más allá de lo que mis sentidos pueden percibir? Preguntas que a veces se responden solas, respuestas que se inventan más preguntas.


Tantas preguntas.. y tan pocas respuestas.. ¿encontraré a quién me las de? Ese es el problema de no tener respuestas, no puedes aventurar nada de lo que te pueda suceder. Pero yo quiero hacerle trampas al destino, quiero vencerle y averiguar que tenía para mi preparado.


Mientras tanto, solo puedo asegurar que todo da vueltas y que lo único claro en mi cabeza es, que los jueves, en mi casa, tocan macarrones.



“La vida no es mas que un interminable ensayo de una obra que jamás se estrenará." (Amelie)